Este viernes es un día agridulce; por un lado nos invade la tristeza de tener que despedirnos y, por el otro, la alegría de haber tenido la oportunidad de poder participar en una experiencia tan enriquecedora como esta.
Nuestros alumnos han asistido a una clase, hemos reflexionado sobre las diversas actividades que hemos realizado esta semana y, después, han disfrutado de tiempo libre hasta salir rumbo al aeropuerto de Loiu. El momento más emotivo ha sido, sin duda, la despedida entre los alumnos. Lágrimas de alegría y de tristeza, miradas cómplices que demuestran los buenos momentos vividos...
Esperamos que corazón que estas nuevas amistades duren muchos años.
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