
El San Prudencio conquistó la Araba Kopa tras imponerse con autoridad al Iru-Bat (0-3) en Betoño, en un campo teñido por decenas de familiares, seguidores y alumnos del colegio que se volcaron para animar al equipo. El triunfo, por tres goles de diferencia, llegó en una final reñida, con momentos de sufrimiento, orgullo y entrega, como suele ser habitual en este tipo de citas a vida o muerte.
El encuentro comenzó con ambos conjuntos bien plantados sobre el césped. El Iru-Bat fue el primero en avisar con un par de acercamientos peligrosos, pero pronto el San Prudencio tomó el control con su característico juego de posición. Superado el arranque de nervios, los de Torio dominaron la circulación de balón y comenzaron a generar ocasiones claras.
El primer zarpazo lo dio Mauri, que firmó un golazo desde la frontal a los diez minutos del partido con un disparo ajustado al palo. El tanto dio alas al SanPru, que siguió insistiendo en busca del segundo. Éste no llegó hasta el filo del descanso, cuando Nanou aprovechó un error del rival para marcar a puerta vacía y ampliar la ventaja.
En la segunda mitad, el Iru-Bat salió con una marcha más e hizo sufrir al SanPru, especialmente en una oleada de ocasiones que puso a prueba los reflejos de Asier Pablo y la resistencia de la zaga. Con el equipo algo exigido, Torio movió el banquillo e introdujo piernas frescas tanto en la medular como en ataque. Y ya en el 89', cuando todo parecía sentenciado, Mousta se inventó una jugada mágica en la que regateó a su marcador y la colocó al palo largo para cerrar el partido con un 3-0 incontestable.
Con esta victoria, el San Prudencio levanta por primera vez en su historia la Araba Kopa, un título que pone en valor el trabajo realizado en las últimas temporadas y que, en palabras de Jonatan Torio, “esperamos redondear con la segunda plaza en liga”. Si algo ha quedado claro tras finalizar el torneo es que el San Prudencio es una de las entidades que mejor ha honrado la Kopa en los últimos años.