El pasado viernes, 3 de febrero, celebramos Santa Águeda bajo un radiante sol y nuestras makilas retumbaron más fuertes que nunca para conseguir nuestro objetivo, hacer una llamada a la primavera y traer consigo sus frutos.
Tras nuestro recital, nos comimos el txoripan con nuevos compañeros/as y disfrutamos de su compañía a través del aprendizaje colaborativo y fue una experiencia sin lugar a dudas... ¡De lo más diversa y enriquecedora!