El martes fue un día de lo más intenso porque viajamos a Hamburgo. La mañana comenzó con un paseo por la calle comercial por excelencia de la ciudad (y la segunda más grande de toda Alemania) y tomamos nota de los lugares a los que volveríamos a realizar alguna compra :) Tras la visita al ayuntamiento de Hamburgo y el lago que conforma el río Alster, nos dirigimos a la zona del Speicherstadt; los almacenes a donde llegaban todas las mercancías durante los años de mayor esplendor de esta ciudad hanseática.
Después recorrer sus calles y sus canales, llegamos a la Elbphilharmonie, el edificio de la filarmónica situado a orillas del río Elba, el segundo de los ríos que transcurre por Hamburgo. Las vistas desde su terraza eran espléndidas. A continuación disfrutamos de un paseo en barco hasta el puerto y del paisaje marítimo. Por último, y antes de disfrutar de nuestro tiempo libre, cruzamos el río Elba a través de un túnel subterráneo. Desde la otra orilla se podía ver una hermosa estampa de la ciudad. Hamburgo es, sin duda, una ciudad que merece ser visitada.